En el mundo del periodismo y la fotografía, hay un galardón esperado y reconocido cada año por redactores, periodistas y fotógrafos: el Pulitzer, un premio que se entrega cada año en Estados Unidos, desde 1917, a lo más destacado en periodismo. Los ganadores son seleccionados por un comité conocedor quien revisa con cuidado los trabajos postulados.
Este año hubo una sorpresa para Colombia: el fotógrafo Federico Ríos estuvo entre los nominados, un honor que reciben unos pocos. Esto fue posible gracias a una serie de fotografías que publicó en el periódico The New York Times y que hacen parte de un trabajo con Julie Turkewitz, de ese mismo diario. Ambos ocuparon el segundo lugar en la categoría International reporting (reportaje internacional) por sus imágenes sobre los migrantes que llegan desde diversas regiones del mundo, para cruzar el Tapón del Darién. Este sitio se ha convertido en un punto de cruce hacia Estados Unidos, un país al que todos esperan llegar en busca de oportunidades.
Trabajo en equipo y el efecto mariposa
A la hora de preguntarle sobre lo que hay detrás de este reconocimiento y de estas imágenes, Federico Ríos es claro: se prepara con anticipación de forma física y psicológica. También investiga, piensa en las fotos o toma aprendizajes del mundo del arte (como el artista Caravaggio y sus pinturas de claroscuro).
Además de lo anterior, hay algo que destaca: la ayuda de tantas personas que le han permitido contar historias desconocidas a través de su lente. Entre los nombres hay amigos que lo han apoyado en los momentos difíciles. Menciona a la gente que le ha ayudado a hacer su trabajo: otros fotógrafos, personas de organizaciones de la sociedad civil y que conocen la realidad de los migrantes, seres humanos a los que mira con su sensibilidad inagotable y mesurada también, para no perderse entre los sentimientos propios y poder hacer sus imágenes con claridad.
Esas imágenes que han salido en la portada de diarios como The New York Times han llevado a muchas personas a querer saber quiénes son esas personas que cruzan la selva en medio de la incertidumbre absoluta. Muchos han recibido ayuda después de ver sus fotos y esto se debe a la capacidad de mover los sentimientos e intenciones de la gente. Esto comprueba un poco esa teoría del Efecto Mariposa en la que cree y según la cual, todo lo que sucede tiene un efecto y puede ser sentido en otro lugar, aunque sea lejano, así como sucede con las alas de una mariposa al moverse.
Espera que sus fotografías sigan llevando a las personas a querer conocer y ojalá transformar, la realidad del Tapón del Darién. Federico Ríos sigue impresionado con las cifras: “En el 2021, 150 mil personas pasaron por este sitio. 250 mil personas lo atravesaron en el 2022. La cifra llegó a los 540 mil en el 2023”, advierte con interés, preocupación y el deseo de que las organizaciones sociales, autoridades y personas, puedan trabajar en conjunto para poder aportar al cambio de esta realidad.
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